Desde hace más de cien años se conoció el primer dispositivo en forma de panel para la captación de energía solar, y aunque claramente rudimentario, sirvió de inspiración para generaciones venideras en el desarrollo residencial, comercial e industrial. En los 70’s, la energía renovable a través del poder del sol, alcanzó un punto de inflexión histórico, que también habrá que decir, dicha tecnología solo estaba al alcance de muy pocos, debido a los grandes costos implicados.
Ahora, gracias a la investigación y desarrollo continuo, los pretextos económicos ya no caben de ninguna forma, para invertir en paneles solares, boiler solar y otros mecanismos similares. Saber adaptar estas tecnologías a las ya convencionales, significa una ventaja empresarial en todos sentidos. No solo es la reputación de cuál es la empresa más verde, sino de todas las ventajas aplicativas y económicas que implica la instalación de tecnología solar fotovoltaica.
¿Cuáles son las ventajas de estas energías renovables?
Simple y sencillamente, se garantizan buenos rendimientos en el tiempo, y donde los costes se reducen significativamente. Invertir en paneles solares, colectores y demás, se convierte en una elección inteligente que ayuda a la descarbonización del planeta, con una independencia económica por los mismos hidrocarburos, permitiendo una especie de autosuficiencia energética en cualquier área industrial, incluso aquellas donde implica un gran uso de energía, como lo puede ser un sistema de calderas para todo tipo de aplicaciones industriales.
Solo se trata de enfatizar que invertir en tecnología solar fotovoltaica, vale la inversión en todos aspectos. No solo se mejora la imagen corporativa hacia dentro y fuera de la organización, por la inherente contribución a la sostenibilidad ambiental, sino que en el mediano o largo plazo (dependiendo del proyecto), también da la enorme posibilidad de ahorrar mucho dinero, el cual puede ser destinado a otros proyectos que tal vez hayan estado parados por algún tiempo.
Desde luego que las tecnologías que emplean energías renovables, difieren unas de otras, no se trata de adquirir el equipo solo porque se obtuvo un fondo empresarial. Es elegir concienzudamente el sistema más adecuado para la compañía y sus necesidades aplicativas y energéticas.
Para aprovechar cabalmente las ventajas prácticas de la tecnología solar fotovoltaica, se deben atender puntos específicos. Por ejemplo, ¿mi empresa sería capaz de autogestionarse en el consumo de energía libre? Se debe hallar una respuesta en la posibilidad de producir propia energía eléctrica con los distintos dispositivos, para autosatisfacción energética.
Es la planificación desde el punto de vista productivo, viendo la viabilidad de que, en la producción del metal, alimento, plástico, etc., se pueda aprovechar un consumo directo desde el panel solar. Asimismo, planificar la optimización de los espacios que no se están usando, para poder instalar una buena red de paneles o colectores, y que los mismos sean adaptables a otras actividades de la empresa, no solamente en el tema de la producción.
También es necesario ver qué tipo de incentivos fiscales se disponen para adoptar la tecnología solar fotovoltaica, para reducir significativamente la inversión a través de amortizaciones, que incluso superen el 100% en un determinado tiempo.
Características de paneles solares para adquirir. Están aquellos monocristalinos, con una sola estructura homogénea de silicio, con un rendimiento de captación que llega hasta el 22%. Por otro lado, están los paneles policristalinos, que se unen en una estructura a través de la unión de sus bloques, y aunque, suelen tener un menor rendimiento de captación, cuestan menos en la inversión. Luego están disponibles los dispositivos de silicio amorfo de película delgada, que además tienen en su composición el telururo de cadmio o seleniuro de galio, cuya eficiencia es todavía menor en la captación, pero considerablemente más económicos; poseen muy buena conductividad.
Lo mejor es asesorarse con los expertos en el tema, para poder satisfacer las reales necesidades energéticas, porque las variantes pueden ser significativas de empresa a empresa, incluso si estas son del mismo sector.
