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mayo 15, 2023Las fases de producción vinícola requieren de eficientes sistemas refrigerativos, sobre todo a nivel de aire acondicionado industrial, donde los gastos se suelen disparar enormemente, afectando al medio ambiente en todos sentidos. Además, si realmente se desea percibir ahorro de dinero en la elaboración industrial del vino, entonces se debe atener a sistemas de refrigeración capaces de ahorrar electricidad.
Si bien, el vino se produce a través de procesos milenarios, también estos no han estado exentos de evolución, cuya complejidad está atada de las obligaciones inherentes de los estándares de calidad. La precisión en las etapas de producción y almacenamiento, es mucho más específica que en tiempos anteriores.
Dentro del proceso de vinificación, la implementación de sistemas refrigerativos puede llegar al 40% del producto terminado; eso habla notablemente de la importancia del clima industrial en todas las etapas vinícolas, incluyendo la exhibición de su venta final.
Cada proceso requiere condiciones de frío específicas para los parámetros de temperatura estrictas, de acuerdo a la experiencia del vitivinicultor, y su subsecuente establecimiento de temperaturas y cantidades de uva a aplicar.
El proceso principal es en la recolección de la uva, donde el estado de maduración debe ser el ideal, y lo que lógicamente determinará la calidad del vino a elaborar en las subsecuentes fases. En esos aspectos, invariablemente se considera el nivel de azúcar en los frutos, para proyectar los niveles de fermentación de la uva, así como el estado del alcohol para el producto que esté listo para comercialización. En ese sentido, el vinícola tiene que elegir los mejores racimos de vid para la transformación.
Posterior a eso, vendrá la erradicación de tallos que se puede hacer de forma manual o mediante maquinaria. Luego se pasan los frutos a la trituradora para la extracción del concentrado, cuyo proceso debe ser muy limpio, sobre todo al momento de involucrar a las semillas y no romper estas mismas, para que la extracción de la uva conserve su sabor tan único.
En la maceración y fermentación alcohólica, viene un proceso controlado de temperatura, donde el clima industrial o aire acondicionado, debe estar funcionando con los parámetros necesarios.
Durante las etapas de levadura y fermentación, los azúcares de las uvas terminarán por transformarse en alcohol etílico. Este proceso tarda de 10 a 14 días, dependiendo del tipo de vino. Pero la constante es esta: en el transcurso de dicha fase, la temperatura debe estar debidamente controlada, y que la misma nunca pase de los 29 grados centígrados.
Una vez se cumplan los requisitos y las etapas vinícolas, entonces el líquido deberá ser transportado a otro depósito. Cuando finaliza la fermentación de la uva, sea donde esté el producto derivado, deberá estar expuesto a un rango de temperatura bajo, no menos de 5°C y no más de 6°C, durante un periodo de 10 horas, y hasta que la sustancia sea homogénea de acuerdo a los valores térmicos.
Sistemas de clima industrial para la fermentación del vino
Generalmente, los mecanismos de aire acondicionado para las subsecuentes fases vinícolas, radica en el uso de chillers. O sistemas que sean especializados en calentar u enfriar las extracciones o mostos de la uva, donde las bombas de calor son muy útiles para dichas tareas.
También lo relevante de todo esto, es que, en todo momento, se empleen dispositivos especiales para medir las condiciones térmicas e incluso, de humedad, en los fluidos. Para ello, están los higrómetros para las mediciones de humedad relativa y los sensores termostáticos, los más funcionales para medir la temperatura en el proceso vinícola de producción y almacenamiento.
Para efectos de maceración, los tanques con fluidos refrigerantes circulantes, son los ideales en viñedos y de aplicación. En el momento de almacenamiento, el clima industrial e incluso, la humidificación y desecación para control de humedad en el corcho, siempre será fundamental.