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febrero 22, 2017Los millennials son los jóvenes adultos que nacieron en el periodo comprendido entre el 1985 y el 2007, aunque algunos especialistas definen las fechas en un rango menor. En realidad se trata de aquellas personas que no son consideradas o no se consideran a sí mismas, adultos mayores. Es un tema interesante, el escribir o platicar sobre los Millennials cuando éstos aún se encuentran en su pleno apogeo en el actual 2017. Definirlos por default es casi tan fácil como voltear a ver a nuestro alrededor. Un factor importante en el desarrollo de esta generación son las telecomunicaciones, desde los inventos más utilizados como las aplicaciones en los teléfonos inteligentes hasta la telefonía IP, invento tan común que no podríamos imaginar una comunicación actual sin ella.
Comencemos un poco a recordar. Los jóvenes Millennials era la gran promesa, la esperanza de la humanidad, puesto que por el tiempo en el que les tocó nacer, obtuvieron todas los beneficios que las generaciones anteriores no alcanzaron a tener: educación, paz en la República (nos estamos enfocando a México por esta ocasión), estabilidad financiera, comunicación, derechos y libertad.
Actualmente la situación no está pintando tan bien. Los Millennials, a pesar de haber sido educados en un ambiente ideal, no están alcanzando los objetivos que las generaciones anteriores les han impuesto. ¿Por qué? Especialistas en el ámbito piensan que es por tres motivos:
- Las metas impuestas han quedado demasiado altas.
- La educación se ha desconectado por completo de la actitud.
- El ambiente que se creó no propicia el éxito.
Suena interesante ¿no crees? Ahondemos más en cada punto y después veremos si la tecnología con la que nacieron estos jóvenes está afectando positivamente o negativamente su futuro:
- Metas impuestas que han quedado demasiado altas
No es que los jóvenes Millennials sean incapaces de lograr grandes cosas, sino que las metas impuestas comprenden una mezcla de metas que son influenciadas por todos: sus padres (generaciones anteriores), ellos mismos y la sociedad. Estos chicos se encuentran por doquier con una serie de problemas psicológicos que abarcan en gran medida la depresión y la ansiedad. Aunque ambas enfermedades (y otras más) han existido desde hace mucho tiempo, los índices de existencia en los adultos de hoy son alarmantes.
Metas tipo Boomer, en las cuales se debe tener ya un matrimonio establecido (recordemos que la edad actual de los Millennials abarca de los 17 a los 32 años al día de hoy), o una relación estable, un trabajo o estudios, un hogar o independencia al menos parcial, son prácticamente imposibles de conseguir si, y repetimos la condicional, si el otro tipo de metas impuestas también se buscan alcanzar.
Las metas tipo Millennial son aquellas que buscan todo lo contrario: libertad, hacer un cambio en el mundo, viajar y conocer, desarrollar la creatividad, encontrarse a sí mismo, poner el desarrollo y éxito profesional sobre la procreación.
Si bien es cierto que hay personas que pueden llegar a alcanzar ambas metas, dado que en la mayoría de los casos se convierten en contradictorias, un porcentaje grande de Millennials está luchando por un u otro camino.
- La educación se ha desconectado por completo de la actitud
No tiene nada de malo el carecer de un título profesional si la actitud de superación persiste en uno mismo. Grandes ejemplos de la historia han probado que el arduo trabajo y el saber recuperarse de las caídas, a veces pesan más que un pedazo de papel. Sin embargo, los padres, los adultos mayores (de las generaciones anteriores), al querer impulsar el crecimiento de los Millennials, han coartado su actitud. ¿A qué nos referimos? Los Millennials creen que son demasiado buenos para pasar todo el día frente a un ordenador, siguiendo las requisiciones de sus jefes. Y quizás lo sean, pero han olvidado el gran ejemplo de los personajes que hemos mencionado: el esfuerzo continuo y la humildad de saber comenzar nuevamente.
- El ambiente que se creó no propicia el éxito
No se trata de encontrar culpables o de excusar a los jóvenes. Éstos se encuentran en una situación que puede revertirse. Estamos a tiempo. El ambiente que ya se creó está formando Millennials cada vez más preparados, menos remunerados, menos felices pero más esperanzados. ¡Y eso es bueno! A pesar de que las empresas cada vez se encuentran más en líos porque sus empleados jóvenes no “dan el ancho”, la solución es encontrar la manera de incentivar actitudes más positivas, mejor remuneradas económica y objetivamente para que ambas partes alcancen el éxito.
¿De qué manera se relaciona la tecnología y las telecomunicaciones con los Millennials?
Muy sencillo. Los jóvenes de esta generación nacieron en el auge de la globalización, con un teléfono celular a la mano y bombardeo de información llegando de todos lados. Gracias a ello, la educación se ha moldeado. Ya no es necesario asistir a clases para aprender de guitarra para aprender a tocar la guitarra, por ejemplo.
Las necesidades más detalladas, los negocios más lejanos, pueden llegar hasta la puerta de un hogar en cuestión de días, incluso horas.
Es cierto que por la naturaleza de la conveniencia que tienen estas comodidades, los Millennials se encuentran inmersos 24 horas al día, los 7 días a la semana, en una pantalla. Las consecuencias negativas abarcan desde pérdida del contacto humano hasta la depresión de la que comentábamos anteriormente, navegando por ejemplo por un gasto increíble de dinero por mantenimiento. Pero no se trata de ver el lado negativo. Ya mucho hemos escrito sobre él en estas pocas líneas. Veamos la parte positiva:
La información se encuentra al alcance en un santiamén. Los conocimientos son compartidos por todos. La inventiva de las mentes jóvenes no para. Los beneficios que surgen de estas comodidades se perciben en cada aspecto de la vida, no sólo de esta generación sino de las anteriores y de las que vienen en camino.
Bien sea que los Millennials tarden un poco en despertar, o tarden bastante más. De algo estamos seguros: son capaces y lo estamos viendo, de realizar cosas asombrosas. Tan sólo nos queda esperar a que pase la mala racha (y pasará). ¡Imagina cuántas grandes mejoras realizarán a la manera en que nos comunicamos si ya son unos expertos en tecnología! Quizás los próximos chicos que vienen pisando los talones ya puedan llamar a los teléfonos inteligentes, simplemente teléfonos, y a la telefonía IP, simplemente telefonía. Porque lo que hoy es tecnología de punta, mañana los creativos Millennials lo podrían convertir en algo obsoleta. En eso sí que son excelentes.