Ejemplos de aplicación de las aeronaves no tripuladas en cuestión de seguridad civil
Los gobiernos de ciudades grandes como México, Monterrey y Guadalajara, se pueden dar el lujo de contar con toda una red de cámaras a lo largo de sus calles para poder monitorear lo que sucede en sus urbes, para así tratar de dar más seguridad a sus habitantes, además del control del tránsito claro está. Esas cámaras se han podido utilizar como elemento clave para la denuncia de algún robo u otro incidente similar, sin embargo a veces no parecería ser suficiente.
En Tigre, Argentina, el gobierno desde hace poco más de tres años ha logrado implementar a los rpas como fuerza complementaria a los distintos cuerpos de seguridad, englobando todo tipo de actividades, como de rescate, control de siniestros, control del tránsito, identificación de delincuentes, incluso dichos drones se emplean para mapear toda la ciudad y así ubicar construcciones clandestinas que se usan para diversos fines ilícitos.
Sin duda este es un paso agigantado para la implementación de unidades aéreas de apoyo en la resolución de problemas de seguridad, desde los más cotidianos, hasta los más graves. También es importante revisar las legislaciones de cada país en cuanto al tema, por ejemplo, en España no está permitido que las aeronaves tripuladas a distancia vuelen durante las noches, ya sea en zonas urbanas o en aeropuertos especiales; eso quiere decir que usarlos como soporte en vigilancia no es factible.
Las funciones pueden ser muchas, a los rpas se les están adaptando tecnología de cámaras cada vez más sofisticadas, como infrarrojos o visión nocturna. Otro ejemplo es su uso en eventos especiales, como conciertos masivos. Además de que dicho dron capta las imágenes de las bandas como tal, para su posterior difusión en redes sociales o televisión, la realidad es que también se puede emplear para el monitoreo constante de las personas que están disfrutando del evento; llega a ser una medida de seguridad en caso de que se suscite algún altercado o inconveniente que perturbe la paz y ponga en riesgo a la gente.
Aun así vale la pena preguntarse: ¿cuánto estaríamos dispuestos a invertir nosotros como ciudadanos y el mismo gobierno para reducir el indicador de inseguridad que se sufre a diario?
Hay que entender que las tecnologías evolucionan, y está en nuestras manos aprovecharlas de la mejor manera, y más en el tema de seguridad. Hay que exigir en la medida que podamos a nuestros gobernantes para que garanticen nuestra seguridad, pero también tenemos que poner de nuestra parte para que ese objetivo se logre.